martes, 2 de octubre de 2012

Informe sobre el proyecto de PGE 2012. Programas 451 N, 453B y 453C


Aún no me ha dado tiempo a analizar los presupuestos de carreteras presentados para 2013. Mucho me temo que las cosas van a estar todavía más feas que el año pasado. Mientras me pongo con ello, y como aperitivo, reproduzco a continuación el análisis realizado sobre los presupuestos del año 2012. Se trata del resumen y sugerencias que realicé (con ayuda) para el Grupo de Trabajo de Fomento de UPyD, y que, un año después, he compartido con el Grupo de Trabajo “Medidas en materia de infraestructuras” de la AICCPE. Seguramente cuando hagamos la comparación se repitan o agraven muchas cosas…

***

Según el documento resumen del proyecto de presupuestos colgado en la página web del Ministerio, la inversión[1] destinada a carreteras supone 3.160 M€ de un total de 11.928 M€. Esto es, un 26,5% del presupuesto del Ministerio.


Consideramos que es un error dedicar un porcentaje del presupuesto de Fomento tan reducido a la carretera, y seguir realizando el mayor esfuerzo inversor en el modo ferroviario, teniendo en cuenta que, según la publicación del Ministerio “Los transportes y las infraestructuras en España en cifras” (última edición disponible del año 2010), el reparto modal del transporte en España es el siguiente:


No nos gusta ver cómo el nuevo gobierno asume y continúa repitiendo errores del pasado, y estamos expectantes de ver cómo se compatibiliza la inversión ferroviaria prometida en el PITVI con el final de las obras faraónicas y con la apuesta decidida por el transporte ferroviario de mercancías que ha anunciado el gobierno.

Creemos honestamente que no podemos esperar más para rescatar la inversión en infraestructuras del debate bipartidista. La obra pública no es algo de izquierdas ni de derechas, sino que es patrimonio de todos los españoles. Parece aceptado por todos los grupos parlamentarios que la inversión equivale a desarrollo[2]. Por este motivo, mostramos nuestra mejor predisposición al gobierno para que cuente con nosotros en una programación creíble de las infraestructuras planificadas. No queremos que el PITVI sea otro dibujo de España con todas las líneas pintadas que a alguien se le ha ocurrido trazar.

No obstante, y puesto que, por un lado, comprendemos que la mayoría que ostenta el Partido Popular no va a permitir a estas alturas cambiar el esquema de los presupuestos; y por otro, la intención de esta enmienda es proponer unos cambios asumibles por el Gobierno, hemos centrado el análisis en los 3.160 M€ dedicados a las carreteras, que proponemos, si no es posible aumentar, sí al menos redistribuir.

Esos 3.160 M€ en carreteras se reparten, según el proyecto de PGE, en:

·        Construcción             1.268 M€
·        Conservación           873 M€
·        Concesiones             290 M€
·        Convenios                 129 M€
·        Expropiaciones        600 M€

En las memorias explicativas de los programas analizados, así como en los documentos del proyecto de presupuestos disponibles en las páginas oficiales de los ministerios, podemos investigar a qué corresponden esos gastos:

Concesiones 290 M€.

Coinciden con la cantidad que figura en el programa 451N del Servicio nº20 (Secretaría de Estado de Infraestructuras, Transporte y Vivienda) para “Concesión de préstamos fuera del sector público” y como se observa se trata de préstamos a las concesionarias de autopistas de peaje con problemas y a las de las autovías de primera generación. Entendemos que son consecuencia de las disposiciones adicionales 41 y 42 de la ley 26/2009, de la disposición octava de la ley 43/2010 y de las intenciones que el actual equipo directivo del ministerio ha reflejado en todas sus actuaciones.

Desde nuestro punto de vista, esta partida es recortable, como justificaremos más adelante.


Convenios con otras administraciones 129M€.

Coinciden con el “TOTAL TRANSFERENCIAS DE CAPITAL” que figura en el programa 453B “Creación de infraestructuras de carreteras”, y se corresponden con la financiación de actuaciones en los territorios de las diferentes comunidades autónomas, con la preponderancia de las Islas Baleares y las Islas Canarias originada por la particularidad insular, asumida históricamente por los gobiernos anteriores. Al estar en el Capítulo 7, entendemos que maniobrar en esta partida simplemente modificaría las obligaciones de pago de las comunidades autónomas, pero no solucionaría ningún problema “de fondo” a corto plazo, por lo que la hemos mantenido fuera del análisis.



Conservación 873 M€.

Coinciden con las inversiones reales (Capítulo 6) que figuran en el programa 453C “Conservación y explotación de carreteras” para el Servicio nº38 (Dirección General de Carreteras).


Su desglose figura en la memoria explicativa de dicho programa, y puede agruparse por conceptos como sigue:

Concepto
Presupuesto
Conservación integral
411,73 M€
Autovías primera generación
217,44 M€
Obras
118,62 M€
Gestión directa
66,26 M€
Ingeniería
42,26 M€
Otros
16,69 M€

873,00 M€

Desde nuestro punto de vista, se debería incrementar de manera muy importante el concepto “obras”, como justificaremos más adelante. Este incremento se vería compensado con la disminución del apartado “Concesiones”, mencionado anteriormente, así como del programa 453B “Creación de infraestructuras de carreteras” del Servicio nº38 (DGC).

Expropiaciones 600 M€.

Coinciden con la suma de las cantidades que aparecen a tal efecto dentro del Capítulo 6 del programa 453B (marcadas en rojo en la siguiente tabla) para la Dirección General de Carreteras.

El Ministerio ha indicado a los medios de comunicación que se destinarán 600 millones para pagar expropiaciones de ejercicios anteriores, muchas de ellas motivadas por tramos de carretera ya en servicio, con fincas ocupadas desde antes de 2002 incluso, y con obligaciones reconocidas de 2007 en adelante.

Es decir, el Gobierno considera que, pese a la grave situación económica, es necesario que el Estado asuma en este momento las obligaciones contraídas con los ciudadanos expropiados.


Estamos de acuerdo en garantizar la seguridad jurídica a los ciudadanos, en este caso, a los ciudadanos expropiados. Por lo que no hemos considerado en el análisis la redistribución de esta partida.

No obstante, nos preguntamos cómo es posible haber llegado a esta situación. Cómo puede haber expropiaciones de fincas ocupadas hace diez años (esto es, ocupadas cuando José María Aznar aún era presidente) todavía sin pagar. Por ello, animamos a éste y a cualquier gobierno a resolver esta insostenible situación, protegiendo al ciudadano de mejor manera que se ha venido haciendo históricamente por PP y PSOE.

Una solución posible, desde nuestro punto de vista, sería actualizar la Ley de Expropiación Forzosa, que sigue vigente desde 1954, y que ni PP ni PSOE han sido capaces de corregir en toda la democracia. Una ley redactada de acuerdo con la Constitución Española daría más derechos a los expropiados, y probablemente revisaría el procedimiento de urgencia. Este procedimiento ha sustituido al ordinario la gran mayoría de las veces, y permite algo tan arcaico como que el ciudadano sea ocupado y privado de una propiedad sin haber recibido el justiprecio, sino únicamente un depósito previo. Esta ley y su aplicación indiscriminada es la causa de la agilidad pasada en la construcción y puesta en servicio de obras sin que los propietarios hayan cobrado el justiprecio. Consideramos necesario revisar ese procedimiento, y aplicarlo estrictamente a los casos de urgencia, pues consideramos prioritaria la seguridad jurídica de los ciudadanos frente a los plazos de las obras. No obstante, entendemos muy importante su existencia para salvaguardar el interés general en esos casos de urgencia.

Construcción 1268 M€.

Éste es el importe que para construcción figura en el reparto del presupuesto de carreteras del documento presentado por el Ministerio “Proyecto de Presupuesto 2012”. De esa cantidad, 1.004.740,99 M€ figuran en el como INVERSIONES REALES en el programa 453B de la Dirección General de Carreteras.


Por lo tanto, existe una diferencia entre los 1.005 M€ del “Proyecto de PGE” y los 1.268 M€ del documento presentado por el ministerio de 263 M€. Diferencia que entendemos comprendida en la partida 20-451N-85 “Adquisición de acciones y participaciones del Sector Público – SEITTSA”, valorada en 371,5 M€ y atribuida de nuevo a la Secretaría de Estado de Infraestructuras, Transporte y Vivienda, y no a la Dirección General de Carreteras.

Es de destacar que dentro de esos 1.268 M€ están incluidos los compromisos adquiridos por el ministerio cuando afirmaron asumir el pago de 250 M€ de obras ejecutadas en 2011 y pendientes de abono, y de otros 250 M€ de liquidaciones de obras ya en servicio. Por lo tanto, existen otros 500 M€ encubiertos que no se destinan a generar inversión productiva, sino a amortizar obligaciones anteriormente contraídas e impagadas.

Por otro lado, creemos fundamental poner de manifiesto un hecho muy importante. Y es que, pese a que históricamente en los PGE se viene utilizando el concepto “Construcción” para englobar las diferentes fases de los proyectos de infraestructuras (desde su inicial planificación hasta su puesta en servicio); la realidad es que si desglosamos los 1.005 M€ de los que hablábamos, encontramos un negro panorama para el sector de la ingeniería civil. Así, hemos calculado que solamente alrededor de entre un 3% y un 6% del total (entre 30 y 60 M€) se dedicarán a pagar a empresas de ingeniería por la redacción de estudios y proyectos.

Desde nuestro punto de vista, se debería incrementar de manera importante el dinero destinado a “Estudios y Proyectos”, como justificaremos más adelante. Este incremento se vería compensado con la disminución del programa 453B “Creación de infraestructuras de carreteras” del Servicio nº38 (DGC).

Conclusión

De los datos anteriores se extrae una importante conclusión, que no debe pasar desapercibida: de los 3.160 M€ que el Ministerio ha previsto invertir en carreteras, un 46,8% (1.480 M€) no se traduce en nuevas actuaciones en estudios, proyectos, construcción o conservación de la Red de Carreteras del Estado, sino que se limita a pagar deudas y arreglar autopistas de peaje.

Concepto
Presupuesto
Expropiaciones
600,00 M€
Obras ejecutadas en 2011 (pendientes de abono)
250,00 M€
Liquidaciones de obras
250,00 M€
Autopistas de peaje
250,00 M€
Convenios con otras Administraciones
129,46 M€

1.479,46 M€

El 53,2% que sí se puede considerar inversión productiva se desglosa como sigue:

Concepto
Presupuesto
Autovías primera generación
39,48 M€
Conservación
873,00 M€
Construcción
1268,00 M€
-500,00 M€

1.680,48 M€

Consideramos importante aclarar este aspecto, ya que nuestras enmiendas proponen aumentar la inversión productiva de la única manera que el Proyecto de PGE permite sin incrementar el presupuesto total ni disminuir el dinero destinado a cumplir con las obligaciones contraídas por el Estado en ejercicios anteriores.


Enmienda nº 1

Incrementar el presupuesto de “Inversiones de reposición de infraestructuras y bienes destinados al uso general” del capítulo 6 “INVERSIONES REALES” del programa 453C “Conservación y explotación de carreteras” de la Dirección General de Carreteras en 400 M€, hasta dedicar a dicho programa unos 1.300,00 M€.

Para no incrementar el presupuesto se propone disminuir en 300 M€ el presupuesto del programa 453B “Creación de infraestructuras de carreteras”, y en 100,00 M€ el programa 451N “Dirección y servicios generales de Fomento” en el concepto de “Prestamos participativos a sociedades concesionarias de autopistas de peaje por sobrecostes de las expropiaciones”.

Justificación

Consideramos de capital importancia invertir esos 400 M€ adicionales para la licitación de obras de rehabilitación estructural de los firmes de la Red de Carreteras del Estado y para la corrección de Tramos de Concentración de Accidentes.

En el proyecto de PGE analizado se prevén para obras de rehabilitación y mejora de los firmes de las carreteras del Estado que no se encuentran concesionadas (la gran mayoría de la RCE: 21.899 km) únicamente 118,62 M€, que en su mayor parte es una cantidad destinada al pago de las certificaciones finales y liquidaciones pendientes. No se prevé prácticamente la licitación de ninguna obra nueva.

Si se tiene en cuenta que hasta el año 2009 venían adjudicándose anualmente obras por importe superior a los 500 M€, y que desde mayo de 2009 hasta abril de 2012 únicamente se han adjudicado obras por importe “total en los tres años” inferior a los 50 M€, es fácil entender los graves perjuicios que esta política restrictiva está ocasionando a nuestras carreteras.

En su comparecencia en el Congreso de los Diputados el pasado 9 de febrero la Ministra recordó la llamada “regla del 5”: “De todos es conocida esa regla de que un euro que no se invierte en mantenimiento hoy supone 5 euros en cinco años en reparaciones y 25 euros en diez años en reconstrucciones”. Este discurso choca frontalmente con unos presupuestos que perpetúan la irresponsabilidad manifiesta del anterior gobierno, que durante más de dos años no licitó obras para la rehabilitación de los firmes y la mejora de la seguridad vial, condenando a muerte a nuestras carreteras no concesionadas.

Esta política restrictiva no puede deparar sino un deterioro cada vez más preocupante de los firmes de la Red de Carreteras del Estado, que probablemente desemboque en un escenario similar al que nos encontramos con la obra nueva: el Estado tendrá que asumir inexcusablemente la reparación de los firmes a un precio, según doña Ana Pastor, entre cinco y veinticinco veces mayor al que le costaría hoy. Y probablemente en ese momento el gobierno ponga como única alternativa de salvación acudir al mercado financiero de la Participación Público Privada, tan de moda e, incomprensiblemente, tan caro.

Nuestra enmienda procura evitar este escenario. La manera de obtener los 400 M€ adicionales es, como decimos:

·        Disminuir en 300 M€ el dinero destinado a “Obra nueva”. La red de carreteras de gran capacidad española es la mayor de Europa[3]. Consideramos que en un momento de restricciones presupuestarias en todos los ámbitos de nuestra economía como el que vivimos, parece más sensato dedicar el esfuerzo a conservar nuestro patrimonio viario como los ciudadanos merecen que a seguir incrementando una red que, literalmente, no podemos mantener.

·   Disminuir en 100 M€ el presupuesto destinado a financiar a las concesionarias de autopistas de peaje con problemas. El erario público no está (nunca debería estar, pero en esta crisis mucho menos) para dar facilidades a unas entidades que históricamente han sido beneficiadas siempre que las concesiones han encontrado pérdidas, al amparo del famoso “re-equilibrio económico del contrato”, pero que nunca han sido requeridas cuando sus beneficios eran enormemente superiores a los contractuales. Además, el proyecto de PGE prevé un gasto por kilómetro para las carreteras en servicio muy diferente en función de su tipo de gestión:

o    250 M€ para las concesionarias de unos 600 km de autopistas de peaje con problemas (inversión aproximada de unos 416.000 €/km).
o      257 M€ para las concesionarias de 983 km de autovías de primera generación (inversión aproximada de unos 261.500 €/km).
o      656 M€ para conservar el resto (21.899 km) de la Red de Carreteras del Estado no concesionada (inversión aproximada de unos 30.000 €/km).

Se comprueba pues la asimetría del esfuerzo inversor dedicado a las carreteras concesionadas de las carreteras gestionadas directamente por el Estado. El Estado paga por mantener las concesiones un precio por kilómetro del orden de 9 a 14 veces superior que lo que le cuesta mantener su red por gestión directa.


Enmienda nº 2

Redistribuir el presupuesto dedicado al programa 453B “Creación de infraestructuras de carreteras” de manera que el dinero destinado a “Estudios y Proyectos” pase de los 58 M€ que hemos estimado hasta una inversión que permita sobrevivir al sector de la ingeniería civil española.

Desagregar nítidamente en los PGE la parte dedicada a Servicios de Ingeniería y Consultoría de las dedicadas a obra, especificando en ellas las destinadas a: Estudios, anteproyectos y proyectos; Asistencias Técnicas a Dirección de obra; y Controles de Calidad.

Justificación

Como se comenta más arriba, hemos estimado que solamente alrededor de entre 30 y 60 M€ se dedicarán a pagar a empresas de ingeniería por la redacción de estudios y proyectos.

Decimos “hemos estimado” porque, con la información puesta a disposición por el Gobierno en los PGE, no hay manera de desagregar exactamente la información. Ésta es la justificación de la segunda parte de la enmienda, proposición reclamada por el sector en anteriores ocasiones. El proyecto de PGE no detalla esta desagregación, por lo que los ciudadanos no pueden conocer con exactitud su gasto público en ingeniería civil. Esta propuesta es extensible a todos los programas de gasto relacionados con la obra pública, no solamente carreteras.

En cuanto a la cifra a invertir en ingeniería, no hemos querido cerrar su valor. En primer lugar, por la dificultad comentada de no tener los datos necesarios para realizar un análisis detallado. Pero fundamentalmente, y de nuevo, porque consideramos que es un tema a consensuar entre todos los grupos parlamentarios, con un Pacto de Estado. Apostamos por una verdadera planificación[4] y programación de las infraestructuras españolas: que entre todos prioricemos las futuras actuaciones, y que cualquier gobierno tenga claras estas prioridades, y aplique los presupuestos disponibles en cada momento según las mismas.

Por ello, apostamos porque el necesario incremento de la partida dedicada a ingeniería se dedique fundamentalmente a complementar el prometido PITVI 2012-2024 con los estudios adecuados, que contemplen análisis de rentabilidad socioeconómica y financiera homogéneos, que comparen a todos los ejes viarios analizados con los mismos parámetros, que se sometan al indispensable procedimiento de información pública, y que sirvan, en definitiva, para que el Parlamento sea capaz de alcanzar un consenso de prioridades de inversión que obligue a éste y a sucesivos gobiernos a invertir en carreteras de forma coherente y eficaz.

La inversión en ingeniería es preferible a la inversión en obra nueva en el momento actual (y de ahí nuestra enmienda), por los siguientes motivos:

·  Esa "pequeña inversión" permite redactar los proyectos que definen las obras necesarias en cada caso, y que al aprobarse, crean por ley obligaciones al planeamiento urbanístico. Es decir, al aprobar un proyecto se reserva la franja que la carretera necesitará cuando sea construida, de manera que se impide al urbanismo crecer sin pensar en las necesidades infraestructurales. La crisis inmobiliaria actual, y la interrupción de los desarrollos urbanísticos planificados, nos proporciona la oportunidad de definir en el momento adecuado los corredores que albergarán a las infraestructuras a construir en el futuro.

·    Puesto que la situación de crisis impide financiar las obras asociadas, no se puede "correr" tanto como se ha hecho hasta ahora. Esta ausencia de prisas permitiría redactar los proyectos con mejor calidad que lo que ha ocurrido en épocas de mayor urgencia política, cuando si se necesitaba un proyecto (porque había que empezar a construir porque venían unas elecciones), pues "se sacaban unos papeles de la chistera" y se decía que ya había proyecto.

·    Una manera efectiva de luchar contra el desempleo en el sector es superar modelos anteriores basados en la mano de obra en la construcción con modelos que primen el empleo de calidad. Mientras los puestos de trabajo que se generan en las obras son temporales, y de baja cualificación, nuestros ingenieros tienen que emigrar fuera de España[5]. Las cifras indicadas quieren hacer notar que sólo con demorar uno o dos tramos de obras, las empresas consultoras de ingeniería civil verían ciertamente aliviada su difícil situación.

Hasta ahora, el equipo directivo actual del Ministerio de Fomento, tanto en la presentación del PITVI 2012/2024, como en la presentación del Proyecto de PGE, ha indicado que van a continuar adelante todos los ejes viarios que venían manejando los gobiernos anteriores. Reiteramos nuestro ofrecimiento para trabajar en una verdadera planificación y una programación realista de estas obras, que fije para el futuro las prioridades de inversión de nuestro país.

Asimismo, consideramos necesario que la Dirección General de Carreteras invierta en otros proyectos de ingeniería que no sólo sean diseño de nuevas carreteras. Es el caso: por ejemplo, del Inventario de la Red de Carreteras del Estado.

El inventario es una herramienta desarrollada por la Dirección General de Carreteras que tiene imperativo legal. Así:

·      En el Reglamento General de Carreteras, disposición adicional primera, se ordena su actualización.
·   En el Real Decreto 1052/1995, disposición adicional primera, se ordena su actualización anual.

Por este motivo, durante la primera legislatura del gobierno socialista se procedió a actualizar este inventario, adaptándolo a las nuevas tecnologías. Gracias a ello, actualmente la DGC cuenta con un Sistema de Información Geográfica muy funcional, con toda la Red de Carreteras del Estado monitorizada. La fecha de actualización es 31/12/2008. Desde entonces, el inventario no se ha actualizado. Cualquier persona que tenga unos mínimos conocimientos de sistemas de información geográfica entiende que un inventario pierde su utilidad si no se actualiza periódicamente.

Por la falta de transparencia del proyecto de Presupuesto, no hemos podido comprobar si el actual gobierno tiene pensado dedicar recursos económicos a este proyecto. Tampoco, si se prevén partidas para otros sistemas de gestión (como pueden ser firmes, estructuras, auscultación, señalización, seguridad vial…). Querríamos aprovechar el debate de los Presupuestos para que el Gobierno aclare si estos recursos estarán habilitados este ejercicio.

Enmienda nº 3

Disminuir el presupuesto dedicado al programa 451N “Dirección y Servicios Generales de Fomento” la cantidad necesaria que resulte de:

·     Adelgazar la estructura del Ministerio de Fomento eliminando los altos cargos Secretario de Estado de Infraestructuras, Transporte y Vivienda, y Secretarios Generales de Infraestructuras y de Transportes (o, al menos, el primero de los tres), y sus correspondientes equipos de asesores externos.

·    Eliminar la Subdelegación del Gobierno en las sociedades concesionarias de autopistas de peaje, y hacer depender este órgano de la Dirección General de Carreteras con rango de Subdirección.

·        Devolver a los funcionarios del Estado funciones y competencias que, hoy en día en la práctica, están siendo subcontratadas a precio de oro a empresas públicas. Empresas que ya han sido tachadas de ejercer competencia desleal por el resto de compañías del sector.

Justificación

Consideramos que el Ministerio de Fomento tiene una superestructura exagerada para el poco dinero que tiene que gestionar. Ciñéndonos solamente a lo relacionado con las infraestructuras del transporte terrestre (carreteras y ferrocarriles), hay nada menos que una Secretaría de Estado de Infraestructura, Transporte y Vivienda, de la que dependen dos Secretarías Generales (una de Infraestructuras y otra de Transportes). De la Secretaría General de Infraestructuras “cuelgan” la Dirección General de Carreteras y la de Ferrocarriles.

Hemos conocido gobiernos en los que las direcciones generales de carreteras y ferrocarriles dependían directamente del Ministro, y las cosas funcionaban bien. Con el paso de los años, el Ministerio ha sufrido una inversión de la pirámide laboral, llegando al absurdo actual: hoy abundan los gabinetes plagados de asesores, muchas veces externos (y, por ende, menos independientes del poder político); a la vez que se ha congelado la oferta de empleo público.

Entenderíamos que, con el organigrama actual del Ministerio, pudiera ser difícil prescindir de golpe de esos tres órganos. Entendemos que, mientras que la Secretaría General de Infraestructuras "se dedica" a la parte de infraestructuras del transporte terrestre propiamente dicha (nueva obra, conservación y explotación), la Secretaría General de Transportes "se dedica" a temas logísticos de indudable importancia, y engloba además al resto de modos de transporte. Entenderíamos que para el actual equipo directivo del Ministerio pudiera parecer abrumadora la labor de coordinación de todos los centros sin estos intermediarios. Por este motivo hacemos una propuesta menos ambiciosa que supone mantener las secretarías generales, pero eliminar la secretaría de estado.

La segunda parte de nuestra tercera enmienda intenta arreglar un problema histórico del Ministerio de Fomento: el trato de favor que reciben las autopistas de peaje respecto del resto de la Red de Carreteras del Estado.

Unas autopistas que, con una legislación cuya pista es imposible de seguir (Ley 8/1972, parcialmente derogada por leyes posteriores, incontables leyes de contratos del sector público con incontables alusiones a los contratos de concesión de obras públicas, leyes de acompañamiento modificando las condiciones contractuales de los contratos de concesión año tras año…) se perpetúan en las manos de unas empresas que callan cuando dan beneficios muy por encima de los esperados y claman "reequilibrio económico del contrato" al Gobierno en cuanto detectan pérdidas en sus cuentas de resultados.

En el siguiente cuadro se ha realizado una estimación de la magnitud del problema. Se han utilizado datos oficiales, y se han descontado 60.000 euros/km anuales de gastos de conservación (recordemos que en el proyecto de PGE 2012 el ratio de conservación salía de 30.000 €/km)[6].


Este problema (sobre el que, como decimos, incidiremos a lo largo de la legislatura, y por el que el Reino de España ya ha sido avisado en ocasiones por la Unión Europea), se debe funcionalmente a que la "Subdelegación del Gobierno en las sociedades concesionarias de las autopistas nacionales de peaje", a lo largo de todos los gobiernos PP y PSOE se ha hecho depender directamente de Altos Cargos políticos (Secretarios Generales o Secretarios de Estado), para escapar del paraguas técnico de la Dirección General de Carreteras. De este modo, el Director General de Carreteras carecía de las competencias necesarias para medir con el mismo rasero a carreteras libres y carreteras de peaje.

A la vez que las empresas han podido estar en contacto directo con las esferas políticas, lo que ha propiciado la ristra de “leyes de acompañamiento” a las que nos referimos: una de las pocas cosas en las que se ponen de acuerdo PP y PSOE siempre (sí, aunque pueda sorprender a los ciudadanos, puesto que no suele trascender a la opinión pública, esto no sólo pasa a la hora de reformar la Constitución en verano) es en el trato de favor que la financiación de las autopistas en manos de concesionarios privados tiene sobre la del resto de la Red de Carreteras del Estado.

En aras de la transparencia política, y como partido que quiere terminar con las prácticas gubernativas que nos han llevado a la ruina, nos posicionamos claramente en contra del modelo actual de autopistas de peaje. Esto no quiere decir que estemos en contra de los modelos de Participación Público Privada (PPP), que están tan de moda y que la empresa privada plantea como el único modelo viable. Sino que hay que hacer un esfuerzo legislativo importantísimo para refundir la normativa existente al respecto. Es una de nuestras banderas: "pocas leyes, pero claras". Por este motivo, estamos de acuerdo con el Partido Popular en que la legislación relativa a concesiones merece una importante labor de fusión y remodelación. Estaremos atentos a sus propuestas, y las estudiaremos desde esta óptica de defensa del sector público y del interés general.

No es mal momento para recordar que el nombramiento de Secretario General de Infraestructuras ha recaído en una persona que hasta entonces ocupaba un alto cargo en Abertis, grupo internacional privado de gestión de infraestructuras. Como con anteriores nombramientos, nos asalta la duda[7], de “si esta persona se siente cómodo en el papel que ha tenido hasta ahora como hombre de sector de las infraestructuras y en el que tiene ahora como decisor político en ese sector: de si no le incomoda la idea de que, a pesar de que la Ley de conflictos de intereses le obligue a inhibirse o a abstenerse en decisiones importantes que pueden afectar a empresas en las que ha trabajado, a pesar de esa abstención, pueda haber ciudadanos que tengan dudas acerca de su ascendiente sobre las personas que finalmente tengan que tomar decisiones sobre estas empresas. Nos asalta la duda de si puede dividirse en un conflicto de lealtades entre su cargo actual de servidor público y su desempeño profesional como hombre de la industria anteriormente. Confiamos en que de esa doble naturaleza prevalecerá la lealtad a los intereses públicos, pero agradeceríamos una manifestación por su parte que mande a los ciudadanos un mensaje de confianza”.

Sabemos que la propuesta de dependencia orgánica de las autopistas de peaje de la Dirección General de Carreteras no es nueva, y que ha sido planteada en más de una ocasión por los técnicos del Ministerio. Nosotros creemos conveniente retomarla y plantearla en esta Cámara, porque consideramos que ayudará en el futuro a mejorar la eficiencia de la gestión de nuestra Red de Carreteras del Estado.


Por último, hemos considerado éste un buen momento para recordar de nuevo el ataque que, desde nuestro punto de vista, están sufriendo los funcionarios. En los tiempos de crisis es muy fácil echar la culpa de muchas cosas al empleado público. Asistimos con preocupación a una degradación de la imagen y los principios que deben regir la función pública. Consideramos vital desligarse de ese discurso, y dignificar dicha función pública, que, con sus peculiaridades que la diferencian de cualquier otro tipo de desempeño profesional, es y debe seguir siendo la base del funcionamiento de la Administración.

En el caso del Ministerio de Fomento, es preciso definir nítidamente el tipo de trabajo que debe desarrollar el personal externo y cuál debe ser desarrollado exclusivamente por el funcionario de carrera (o el personal laboral). Los funcionarios de carrera tienen una vía de acceso a través de un largo proceso de oposición, un régimen de incompatibilidades muy rígido, un deber de independencia, vocación de servicio público, jerarquía y otras muchas especialidades que contempla su legislación específica como base de la organización administrativa. Asimismo, el ordenamiento jurídico impone una responsabilidad específica para el funcionario en el cumplimiento de su deber, al establecer en el código penal agravantes importantes para determinados delitos por el mero hecho de ser funcionarios los que los cometan. Todo ello es la base de la garantía de imparcialidad que debe regir el funcionamiento de la Administración pública.

La legislación vigente establece que todo gasto de personal debe computarse en el capítulo 1 del presupuesto, y nunca en otros capítulos, como el capítulo 6, que tiene como finalidad la inversión pública. Por eso, el uso de encomiendas o contratos con cargo al capítulo 6 para pagar al personal que prestan ciertas empresas no se ajusta a derecho.

En la actualidad, el coste que supone para el Ministerio una persona externa es muy superior (entre 2 y 3 veces) al que supone un funcionario. Aunque el coste de este personal externo se cargue al capítulo 6 y el de los funcionarios al capítulo 1, debe tenerse en cuenta que la caja del Tesoro Público por la que todos debemos velar es única. Los propios trabajadores del ministerio hemos denunciado esta situación en más de una ocasión. Un ejemplo de lo anterior puede verse aquí.

Ésta es la justificación de la tercera parte de nuestra tercera enmienda. No hemos podido concretar en cifras un problema de cuya existencia no tenemos dudas, pero que la falta de transparencia al respecto del proyecto de PGE 2012 no permite más que apuntar. Seguiremos trabajando en ello a lo largo de esta legislatura.



[1] Cuando hablamos de “inversión” nos referimos a los capítulos 6, 7 y 8 del presupuesto. Esos 11.928 M€ suponen el 59% del total del presupuesto.
[2] Este punto de vista es muy matizable en el qué, el cómo, en el dónde y en el cuándo. Pero no debería serlo en el quién y en el por qué. La inversión en obra pública ha de ser consecuencia del consenso de todos los grupos, amparado por el indispensable informe sobre la rentabilidad de esa inversión, y no puede seguir utilizándose como arma arrojadiza por los políticos.
[3] La longitud de carreteras de gran capacidad (autopistas y autovías, no incluye doble calzada), a 31/12/2010 en España (país de Europa con más kilómetros de este tipo de infraestructura) es de 14.263 km. España tiene 1.463 km de gran capacidad más que Alemania y 3.163 km más que Francia, cuando las poblaciones de estos países (2010) son un 78% superior y un 37% superior respectivamente, y el PIB (2009) 2,27 veces y 1,81 veces respectivamente. Recordemos también que la extensión de España es un 41% superior a la de Alemania y un 34% inferior a la de Francia.
[4] Como muestra de lo que una adecuada planificación debe evitar, y porque estos días ha sido noticia, traemos a colación como ejemplo el caso del túnel de la SE-40 bajo el Guadalquivir en Sevilla. Un proyecto que rondará los 700 millones de euros, y que podría hacerse por menos de la mitad si se sustituyese por un puente, como induce a pensar el sentido común (en las escuelas de ingeniería enseñan que los puentes sirven para cruzar ríos, y los túneles para horadar montañas).
[5] El 60% de los ingenieros de caminos de la promoción de 2010 y el 80% de la promoción de 2011 están desempleados, según datos del Colegio de Caminos.
[6] El análisis realizado es una primera aproximación al problema, en el que habría que profundizar. No obstante muestra la gravedad de la cuestión.
[7] Párrafo basado en la intervención de Irene Lozano frente al ministro de Defensa.

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